La Concepción de Poder desde la Psicología Anarquista de Velásquez y Rojas

La psicología anarquista propone el estudio sobre el poder para avanzar en la comprensión de las estructuras jerárquicas y de dominación que someten a la sociedad actual, hacia la búsqueda de nuevos campos de emancipación libertaria en la esfera de la salud mental.

por Fernanda Sierra

En el ensayo «Análisis de la Concepción del Poder desde la Psicología Anarquista«, Andrey Velásquez y Yuranny Rojas, exploran el concepto de “poder” tomando en cuenta su origen etimológico y las definiciones propuestas principalmente por Weber y Foucault. A través de este análisis, buscan evidenciar cómo el poder influye en las relaciones sociales y los mecanismos de control en la sociedad, tomando en cuenta esto último los autores plantean distintas interrogantes que permiten avanzar hacia la compresión de cómo opera el “poder” en el campo de la psicología tradicional, siendo un factor influyente en la relación que se establece entre la persona consultante y el terapeuta, en donde habitualmente prevalecen dinámicas relacionales jerárquicas que se basan en un posicionamiento de mayor conocimiento y control sobre las vidas de quienes consultan a los profesionales de la salud mental.

Otro elemento interesante es que los autores escogen analizar este concepto, ya que tiene una relación directa con una de las ideas centrales del anarquismo “Que ninguna persona puede estar por encima de otra” por lo tanto la psicología anarquista pretende cuestionar desde donde opera el “poder” en el ejercicio terapéutico y buscar alternativas que promuevan nuevas formas de accionar en los procesos de acompañamiento a personas, identificando los elementos metodológicos de la psicología tradicional que funciona a través de una estructura jerárquica. La psicología anarquista busca desmantelar las relaciones de poder existentes a través de una relación terapéutica con un rol colaborativo, centrado en la persona, en su contexto y cultura. Desde esta perspectiva la psicología anarquista pretende un ejercicio de co- construcción identificando y validando las historias, experiencias y aprendizajes de las personas, tomando en cuenta como las estructuras sociales capitalistas, patriarcales, heteronormadas perpetúan la opresión, el control y la desigualdad, entre otros, lo cual permite mirar que los “problemas” por los cuales consultan las personas en el ámbito de salud mental están habitualmente ligadas a un “problema social” y no individual.  Por lo tanto, la psicología anarquista avanza hacia la aproximación de la autonomía, la horizontalidad y la eliminación de jerarquías en las relaciones que se establecen entre las personas y sus terapeutas.

Dentro del campo de la psicología tradicional el concepto de “poder” no ha sido hasta hoy un concepto cuestionado ni utilizado como fuente de estudio en la academia, permitiendo y perpetuando la noción que sitúa al terapeuta como un/a experto/a en la vida de la persona, lo cual tiene un interés político y social que permite mantener relaciones jerárquicas y dominantes. En el análisis la palabra dominación es utilizada en el sentido de poder imponer ad altri (por derecho o de hecho) la propia voluntad, con instrumentos de coerción, físicos o psíquicos.  Nos detenemos en este último para comprender la importancia de las psiques en el desarrollo integral de las personas, especialmente en el contexto de la dominación terapéutica, que puede entenderse como el uso del conocimiento psicológico para guiar, influir o intervenir en la salud mental, dejando de lado muchas veces  las historias personales, experiencias y los contextos sociales, culturales y territoriales que influyen directamente en la capacidad de introspección y la toma de decisiones basada en un pensamiento crítico y reflexivo, desde la perspectiva anarquista, el poder no solo se manifiesta en las estructuras políticas y económicas, sino también en los aspectos internos y psicológicos de las personas, las cuales están condicionadas por las normas impuestas en la sociedad.

La psicología tradicional busca normar y adaptar a las personas al contexto social en el cual convivimos, dejando de lado los problemas de salud mental como consecuencia del sistema capitalista, por lo tanto seguir manteniendo el sistema de atención de la psicología tradicional promueve mantener las jerarquías, los sistemas de opresión y dominación social, mientras que la psicología anarquista avanza hacia la búsqueda de una sociedad basada en la autonomía, la colaboración y la transformación social, por lo tanto el análisis del texto invita a reflexionar respecto a la implicancia del poder en las relaciones terapéuticas, la cual no niega el poder, sino más bien lo comprende y cuestiona desde una mirada crítica y transformadora, posibilitando nuevas formas de intervención en el campo de la terapia y la psicología.

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