
Acción Directa de Voltairine de Cleyre
Las y los propios afectados/as por un problema, deben ser quienes se organicen y se movilicen para su solución.

La acción directa es uno de los principios básicos del anarquismo y Voltairine de Cleyre (1866 – 1912) fue una de las primeras mujeres en explicarla y difundirla claramente en sus escritos. La acción directa se basa en que las y los propios afectados/as por un problema, deben ser quienes se organicen y se movilicen para su solución; es decir, niega la necesidad de intermediarios o dirigentes. Con la acción directa se intenta recoger todo el interés y las capacidades de explotados/as y oprimidas/os, haciendo que éstos tomen plena conciencia de su realidad, así como fomentando que sean ellas y ellos quienes se movilicen para transformarla. De esta forma, la acción directa niega la elección de representantes como en la democracia burguesa, sino por el contrario, se fomenta la participación de las y los involucrados en cada temática a tratar.

Voltairine de Cleyre nació en una familia de migrantes franceses que llegaron en busca de mejores condiciones de vida a Estados Unidos y a partir de sus experiencias familiares, estudiantiles y labores fue formando su pensamiento y desarrollando acciones que la vincularon con el anarquismo, el feminismo y la lucha sindical. El texto “Acción Directa” que presentamos a continuación fue publicado en 1912 en medios de prensa vinculados a la Industrial Workers of the World —Trabajadores/as Industriales del Mundo (IWW) y difundido como paquín en manifestaciones obreras en diferentes ciudades de Estados Unidos.
El texto se posiciona en dos de los debates más animados y polémicos que se han desarrollado al interior del movimiento obrero: por una parte, la tensión existente ente acción directa y representatividad política, frente a la que Voltairine de Cleyre sostiene que constituye un dilema ético y operativo que debe ser sorteado por quienes desean transformar realmente esta realidad, pues si bien la acción directa es la que posibilita tomar el control de nuestras vidas, los defensores del actual estado de las cosas estarán dispuestos a repartir migajas y algunos derechos liberales a través de la acción gubernamental y parlamentaria con tal de calmar las aguas e impedir que las y los trabajadores/as destruyan los privilegios de empresarios y burócratas.
El segundo debate presente en el texto se refiere a la legitimidad o condena de la violencia política como forma de rebeldía o transformación social. Para el anarquismo propuesto por Voltairine de Cleyre, la violencia es sólo un medio y no un fin en sí mismo. No es un capricho ni un fetiche, constituye una táctica de lucha determinada principalmente por el contexto social donde se desarrolla y los objetivos que se buscan. Pensar que estos hechos constituyen delitos comunes o simplemente vandalismo, es desconocer su sentido político y el contexto social de su desarrollo, por ejemplo, no es lo mismo atacar una sucursal de un banco que asaltar un almacén de barrio en una población.

A partir de diferentes antecedentes de la historia de Estados Unidos, tales como las diferentes tendencias que se configuraron durante la guerra civil y el proceso de abolición de la esclavitud y también a partir de las tácticas de huelga levantadas desde la IWW, Voltairine de Cleyre nos plantea que la acción directa implica un enfrentamiento con los valores y mecanismos de funcionamiento del capitalismo, negando la legitimidad de sus instituciones básicas de dominación como son el Estado y los partidos políticos tradicionales.
Si bien la acción directa en algunas ocasiones puede ser ejercida individualmente, debido a la envergadura de los problemas sociales actuales, suele requerir instancias de organización social para que las personas resuelvan colectivamente sus necesidades, lo que permitirá ir configurando el tejido social capaz de transformar radicalmente esta sociedad. Por ahora, les dejamos esta interesante lectura.