La Conquista del Pan de Piotr Kropotkin
Viendo cómo los sistemas económicos crean miseria en favor de unos pocos privilegiados, el anarquista ruso propone un nuevo sistema basado en la horizontalidad y la ayuda mutua, descentralizando el poder para así alcanzar el bienestar para todas y todos.
La base de la teoría anarquista surgió durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, al calor del movimiento obrero y su incansable lucha por mejorar las condiciones de vida y conquistar la libertad. Estas ideas se debatieron a través de diferentes medios de prensa y folletos distribuidos en asambleas y manifestaciones, siendo difundida a través de organizaciones sindicales y culturales de diversa índole. Entre sus fundadores más destacados, es necesario nombrar a Proudhon, Bakunin, Kropotkin y Malatesta, quienes por sus diferentes aportes conceptuales, son considerados como los clásicos de la teoría anarquista.
Piotr Kropotkin (1842-1921), anarquista ruso de origen noble y formación militar, se dedicó al estudio científico de la naturaleza llegando a formular una interpretación solidaria de la evolución de las especies, que posiciona al “apoyo mutuo” como motor de evolución y supervivencia, en contraposición a la idea de competencia propuesta por Darwin.
Desde un punto de vista político, a lo largo de la obra de Kropotkin se puede encontrar de manera explícita y sencilla, los pilares sociales y económicos del anarquismo, sobrepasando los estrechos límites del colectivismo propuesto inicialmente por Bakunin, para plantear en toda su envergadura, la noción básica del anarco-comunismo o comunismo libertario.
En 1892 publicó “La Conquista del Pan” que probablemente es su aporte más significativo al pensamiento ácrata. Aquí expone con vehemencia y claridad el origen colectivo de todas las riquezas existentes, los efectos sociales que conlleva la apropiación de esta riqueza por parte de la clase dominante, define explícitamente el derecho al bienestar como una de las ideas centrales del pensamiento anarquista y la expropiación de los medios de producción y la riqueza, como un requisito imperioso para transformar la sociedad.
Una de las ideas más simples y profundas que presenta este texto, es que ninguna revolución tendrá posibilidades de éxito si no logra hacerse cargo de las necesidades más inmediatas de las y los oprimidos/as, es decir, si no apunta directamente a su bienestar económico, político y social.
Por todo esto, es para nosotras/os un honor compartir con ustedes el texto La Conquista del Pan. Primero porque reconocemos su vigencia conceptual y política, pero también porque estamos convencidos/as de que esta sociedad injusta requiere una transformación radical que redistribuya la riqueza y nos permita aplicar socialmente el viejo principio anarco-comunista:
“De cada quien según su capacidad,
a cada cuál según su necesidad”.