La Realidad de las y los Huilliche en la Isla de Chiloé

La Comunidad del Fundo de Coihuin de Compu es una de las comunidades más grandes de Chile. Se ubica en la intersección de tres comunas de Chiloé: Quellón, Chonchi y Queilén. Ahí viven cerca
de 350 familias y quisimos conocer un poco sobre su realidad.

Desde la Comunidad Indígena
Fundo Coihuin de Compu
,
Chiloé, región chilena.

Un Poco de Historia

Para contextualizar la historia de la Comunidad Indígena Fundo Coihuin de Compu, primero haremos un pequeño recorrido por la historia de Chiloé, ya que existen acontecimientos de la historia que son importantes en la creación de las comunidades indígenas del archipiélago: en la formación de su cultura, organización y aspectos de asentamiento territorial, que hasta el día de hoy, son un tema inconcluso.

Archipiélago de Chiloé - Wikipedia, la enciclopedia libre

Chiloé es un archipiélago formado por varias islas, la más grande es Chiloé, su nombre nativo es Chil-Hue, que en hulliche significa: tierra de gaviotas. Actualmente el archipiélago se compone de diez comunas: Ancud, Castro, Chonchi, Curaco de Vélez, Dalcahue, Puqueldón, Queilén, Quellón, Quemchi y Quinchao.

El archipiélago fue inicialmente habitado por las y los Chonos, grandes navegadores/as, quienes utilizaban un tipo de embarcación armado con tres tablas llamadas dalcas. Esto les permitía movilizarse por los distintos canales del archipiélago.

Las y los chonos fueron entrelazándose con los pueblos mapuche del lugar, por lo cual adquirieron el idioma mapudungún. Al estar en una zona mayormente aislada mantuvieron el idioma pero fueron incorporando sus propios dialectos.

Huilliche, que significa gente del sur, no corresponde a una denominación étnica, sino exclusivamente a la ubicación geográfica de las y los indígenas mapuche-huilliche que se ubican desde Valdivia hacia el sur de Chile.

Al entrar en contacto, chonos con el pueblo mapuche, adquirieron algunos rasgos culturales, económicos y de organización social, los cuales se mantienen en la actualidad, y son replicados por las y los huilliche hasta hoy. En la isla se conservan actualmente algunas tradiciones de las y los chonos como la pesca y el consumo de mariscos.

En el año 1826 se hace el Tratado de Tantauco, este histórico acuerdo puso término al prolongado conflicto territorial con batallas terrestres y navales. Este tratado se firma en Chiloé, por los representantes del Gobierno de Chile dirigido por Ramón Freire, General en Jefe del Ejército Expedicionario sobre Chiloé, y de la Corona Española a través del brigadier Antonio de Quintanilla. En este tratado, Chiloé pasa a ser territorio chileno.

Otro elemento importante son los títulos de realengo (fundos indígenas), que fueron cedidos a las y los huilliche, antes por la Corona Española y después en el Tratado de Tantauco. En un documento de la Comisión Verdad Histórica se expresa: «Todos los terrenos, ubicados en el sur de Chiloé, en lo que hoy corresponde a la comuna de Quellón, fueron deslindados, mensurados y escriturados a través de títulos de dominio, llamados «potreros realengos», por aplicación del orden colonial de constitución de la propiedad. Así, la antigua posesión material mapuche-huilliche es reconocida a través del otorgamiento de títulos de dominio, que se encuentran en el Conservador de Bienes Raíces de Castro, y cada comunidad tiene copia de ellos». Sin embargo, las comunidades no cuentan con los documentos antes explicitados.

Estos títulos dieron el origen a las distintas comunidades indígenas que se encuentran en Chiloé, quedando una franja denominada como Fundo de Coihuin, siendo esta la de mayor extensión territorial.

Este territorio ha sido defendido desde siempre por sus comuneros/as. Además reportan que los títulos nunca han sido mostrados a la comunidad por el Gobierno de Chile. En cuanto a las dimensiones territoriales nunca han logrado saber cuál es la real cantidad de hectáreas que corresponden a la Comunidad Coihuil. Históricamente las y los huilliche han luchado por hacer respetar estos tratados, en este proceso reivindicativo destaca la presencia de los caciques: Antonio Huenteo, José Santos Lincoman, que defendieron las tierras comuneras que el Gobierno de Chile vendió a terceros. Un claro ejemplo, es la compra de 120 mil hectáreas por parte del Presidente de Chile Sebastián Piñera, las cuales incluyen tierras ancestrales, las cuales pertenecen, en parte, a la Comunidad Huilliche de Compu. Este territorio adquirido fue nombrado como Parque Tantauco, al igual que el tratado realizado en 1826.

Localización de la Comunidad

La Comunidad del Fundo de Coihuin de Compu es una de las comunidades más grandes de Chile. La comunidad abarca tres comunas dentro de la Isla de Chiloé: Quellón, Chonchi y Queilén.

Cerca 350 comuneros/as por cada una de las comunas que abarca la comunidad, las y los cuales pertenecen a la Comunidad si se encuentran dentro del territorio comunitario del Fundo Coihuin.

El territorio tiene aproximadamente 40 mil hectáreas, los que incluyen bosques, ríos y mar.

La Vida de la Comunidad

En Chiloé, la llegada de las salmoneras en un momento entregó estabilidad laboral a la Comunidad, ya que podían optar a un trabajo con contrato, y la gran mayoría de trabajadores/as se comenzaron a endeudar, acogiéndose a los mecanismos que ofrece el mercado capitalista, dejando sus antiguos trabajos en pesca artesanal y el trabajo de agricultura.

Actualmente las salmoneras se encuentran colapsadas, y las tecnologías con las que cuentan les ha permitido prescindir de la mano de obra de los trabajadores y trabajadoras, repercutiendo en grandes tasas de desempleo. 

Quienes mantuvieron el trabajo agricultor en Chiloé fueron los más ancianos/as. La juventud se ha visto en el conflicto de no contar con los conocimientos necesarios para desarrollar el trabajo agricultor. Otro elemento es no contar con los recursos económicos para acceder a estudios de educación formal, ya que para educarse, se deben desplazar a las ciudades que cuentan con universidades o institutos, pagar un lugar donde vivir, pagar los estudios; realidad que está lejos del alcance de la mayoría de los comuneros y comunareas de Coihuil.

Las familias en general viven en condiciones precarias, por lo tanto deben optar por quedarse en la Comunidad, y hacer lo que puedan para subsistir. Optando por crear huertos familiares de cosechas de ajo y papas, y quienes tienen animales, dedicarse al pastoreo. Otra forma de trabajo que han desarrollado en la Comunidad es en el monte, en donde se realiza la tala de árboles para venta de madera o leña.

Ante estas problemáticas se hace presente el asistencialismo, y el Gobierno Municipal, entrega a la comunidad soluciones “parches”, otorgando canastas de alimentos para las familias, y no resolviendo los problemas estructurales de la Comunidad.

El acceso a salud, también es un dilema, Quellón que es la mayor comuna de Chiloé, no cuenta con un hospital adecuado para atender a toda su población. Actualmente, a consecuencia del COVID-19, se ha imposibilitado aún más el acceso de la Comunidad a las atenciones médicas, su infraestructura es precaria, informando que cuentan actualmente con solo dos respiradores para atenciones de urgencia.

La Organización de la Comunidad

La comunidad tiene una organización jerárquica, la cual es comandada por un Cacique. Actualmente el cacique a cargo es Américo Lincoman, cacique elegido por toda la Isla de Chiloé, como representante de todas las comunidades indígenas de la isla. Este cargo es nombrado y aceptado por la Comunidad. Los cacicados, como les dicen en la comunidad huilliche, son heredados, de padre a hijo, siendo cargos transgeneracionales.

Cada comunidad cuenta con una directiva, la cual está compuesta por: Presidente, Vicepresidente, Secretaria, y un Consejo de Ancianos.

El Consejo de Ancianos está a cargo de entregar las soluciones a los conflictos que se presenten dentro de la comunidad, pasando siempre por el cacique.

Respecto al territorio, y delimitación de los espacios que ocupa cada familia dentro de la comunidad, el cacique nombra a un encargado que debe resolver los conflictos territoriales, que pueden surgir entre las familias que viven en la comunidad, siendo el cacique quien determina si el problema es de la comunidad o judicial perteneciente al Estado chileno. La Ley N°169 le da autonomía a los territorios indígenas, empoderándolos de ser sus propios jueces, para aplicar las directrices en lo que respecta a los territorios que les han sido otorgados bajo el concepto de territorialidad.

Las y los Jóvenes

La proyección de las y los jóvenes actualmente en la Comunidad está ligada a las salmoneras, ya que los recursos de la tierra y la madera ya están colapsados, pero para poder trabajar requieren de conocimientos técnicos, por tanto son muy pocas y pocos los jóvenes que pueden acceder a estos puestos de trabajo. Otra opción que han encontrado es embarcarse y realizar la labor de pesca artesanal.

Han tenido que vender su fuerza de trabajo a manos de las grandes empresas privadas que comandan la isla, por largas horas de trabajo y bajas remuneraciones, coartando nuevamente las posibilidades de mejorar su calidad de vida, y trabajando solo para subsistir. Las y los jóvenes se han visto presos/as del capitalismo, el modelo neoliberal les ha impuesto un modelo de vida al cual quieren pertenecer, y el trabajo artesanal que hicieron sus abuelos y padres, no son una opción ni tampoco quieren desarrollar un trabajo tan precario. Sin embargo la tierra y el mar ya no poseen las cualidades necesarias para el trabajo artesanal, han sido en su mayoría contaminadas, las grandes empresas privadas logran mantener sus empresas con tecnologías avanzadas, tecnología con la que la trabajadora y el trabajador artesanal no cuenta.

Estas tecnologías también han generado daño en el ecosistema de la isla, ya que se han multiplicado a lo largo de los años, y es cada vez mayor la necesidad de producción. En consecuencia, las grandes empresas compran mano de obra barata, influyen en las posibilidades de trabajo artesanal de los comuneros y comunaras, ya que no solo se posicionaron en la isla, sino que también han destruido los recursos naturales con los que contaban las y los artesanos.

La juventud está migrando de Compu hacia la ciudad, ya que actualmente la Comunidad no supera las expectativas de vida que ellos esperan.

El Patriarcado Dentro de la Comunidad

La sociedad chilota, la sociedad mapuche, y la sociedad chilena es machista, y esta construcción social no ha dejado fuera a la Comunidad de Compu.

En Compu, hay feministas que han alzado la voz frente a las desigualdades que viven dentro de la comunidad, y han expandido su lucha a las distintas comunidades de la isla, en su mayoría son mujeres jóvenes. Las organizaciones feministas están fuera de la comunidad, específicamente en Quellón.

Esta situación ha sido muy compleja ya que dentro de la comunidad está posicionada fuertemente la religión evangélica, influyendo en el pensamiento e ideología de la Comunidad, provocando que las mujeres asuman una condición sumisa, fortaleciendo el rol histórico que han tenido las mujeres dentro de la Comunidad, en donde sus labores están atribuidas a la crianza, al cuidado del hogar, al trabajo de la tierra y a las manualidades, castrando las posibilidades de emancipación de la mujer dentro de las comunidades.

Sin embargo existen algunas comuneras que luchan por la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, reivindicando la igualdad de género e instalando una lucha contra la discriminación, la pobreza, y la defensa de la tierra. En este contexto, las mujeres de Compu han construido su propio feminismo, ya que para ellas la lucha feminista no está asociada solo a la emancipación de la mujer, sino más bien a la condición de la mujer indígena, en donde la discriminación no es solo por ser mujer, sino por ser huilliche y ser pobre; confluyendo los conceptos de género, etnia y clase.

La Religión Dentro de la Comunidad

Hoy está anclada en la Comunidad la religión evangélica, que ha logrado reunir una gran cantidad de feligreses para sus rebaños, imponiendo sus creencias y a través del pastoreo evangélico ha logrado calar fuertemente la cosmovisión de la Comunidad de Compu.

La Iglesia Católica, actualmente está alejada de la Comunidad, no hay presencia de la Iglesia Católica. Antiguamente llegaron los curas de la teología de la liberación, y en ese entonces existían curas obreros en las comunidades, que hacían un trabajo con la comunidad de enseñanza de valores e ideologías propias del cristianismo, pero fueron perdiendo presencia y credibilidad. Actualmente está posicionada la religión evangélica, aunque aún no logra ser más fuerte que las creencias propias de la comunidad huilliche.

La Comunidad y Su Relación con el Estado

Todos estos elementos históricos han calado fuertement en la forma de cómo se relaciona la Comunidad con el Estado, y cómo el Estado se hace parte de ellos.

El asistencialismo ha estado presente en la Comunidad, a través de la llegada de la “democracia”, en los años 90′ comenzaron a instaurar políticas públicas en las comunidades indígenas, entregando soluciones “parches”, y no resolviendo los problemas reales de la Comunidad, en donde se aprecian las desigualdades construidas a favor del capitalismo y en detrimento del pueblo trabajador, no solo Chiloé, sino en todo Chile.

El Estado se ha mostrado presente dentro de las comunidades indígenas como un agente asistencialista, por intereses políticos, en donde comanda el dinero y la corrupción, las comunidades se acostumbraron a someterse a los intereses y no a resolver los problemas reales de fondo, creyendo que en algún momento el Estado se hará cargo de sus necesidades.

La Comunidad de Compu, tiene relación directa con el Estado, y participa en las votaciones como cualquier ciudadano chileno. Las votaciones ciudadanas están articuladas para ganar votos, y los candidatos ofrecen grandes cambios para la Comunidad, pero cuando salen elegidos estos cambios nunca llegan.

El asistencialismo ha dejado a la comunidad anestesiada en su lucha, impidiéndole ver la verdadera relación que ha establecido con el Estado de Chile.


Don José Santos Lincoman Lonco, cacique y poeta huilliche, fallecido en 1984, luchó durante toda su vida en contra de la relación de la Comunidad con el Estado, su afán fue siempre reivindicar al pueblo huilliche.

En 1937 fue cacique de la Comunidad, procuró conseguir que se reconociera el Título de Realengo.

Fue detenido en distintas ocasiones durante la Dictadura por sus actividades de protesta de recuperación de las tierras huilliche.

En 1980 se creó el Consejo General de Caciques de Chiloé y fue elegido Cacique Mayor.

José Santos Lincomán como poeta, media en el conflicto entre oralidad y escritura, por lo cual su discurso es híbrido. Él, en su labor, es uno de los iniciadores de la poesía mapuche intercultural.

Fue un escritor sin descanso, sus poemas y canciones le cantaron al amor, a las costumbres, a la justicia social, a la naturaleza y a su raza. Dice José Santos:

Saludo a mi pueblo querido
Saludo a la tierra mía
Tierra que sin alegría
Solo cultiva el dolor
Solo esperando el albor
Que llegará algún día
Llegará a esa tierra mía
Con su montaña y su flor.

Levanta hermano querido
De tu soñar de esperanza
Que nuestra tierra hay confianza
Como viene el alba y el día
Ese rubio y gran señor
Sobre la cordillera fría
Tiende sus rayos el sol.

No queremos tiranía, ni menos opresión
¡Queremos una nación! ¡Libre su soberanía!
Que viva la tierra mía y el pueblo trabajador
Abajo los traidores que venden a mi nación.

Extracto de los libros: Canciones y Poemas de un Lonco Huilliche de Chilhué. (Año no determinado) y Poesía y Cuento (1990), ambos de la Oficina Promotora del Desarrollo Chilote, OPDeCh.

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