La Poesía de Víctor Muga Valencia

En sus poemas habita no solo la memoria de una ciudad que se pierde -y que se destroza, por las consecuencias del capitalismo-, sino, sobre todo, la voz de un hablante que busca su humanidad y persiste en ella.

Víctor habita en San Antonio y escribe desde ahí, pero su voz nos podría hablar al mismo tiempo desde muchas ciudades de Latinoamérica, desde todas esas donde el habitante se pierde y se encuentra entre los destrozos causados por el capitalismo. Sus escritos están habitados por cerros, postes, luminarias, basurales, alcohólicos y también por truenos, vientos, frazadas de lana, el calor del fuego, por zorzales y por amistades. La poesía de Víctor, ante todo, busca la humanidad, el encuentro con la naturaleza, la memoria y su misterioso cauce.

Discípulo notorio de Jorge Teillier, su poesía, igual que la del maestro, destila sencillez y una profunda nostalgia. A ratos, se busca sacralizar la ciudad neoliberal, buscando convertir los signos de la misma en espacios rituales, como un intento de sacralizar los postes, los basurales y los puentes. Entre ellos, el hablante rescata su memoria, los sueños y lazos familiares, el encuentro con la humanidad y la añoranza de la naturaleza como espacio de comunión, de reunión con algo sagrado.

También está presente la rabia como motor en varios de sus escritos, el desprecio hacia aquellos que no respetan la naturaleza y que explotan y desprecian al ser humano, o hacia aquellos que no aprecian ciertos espacios rituales, como el silencio de una biblioteca –lugar especialmente apreciado en sus poemas-.

A modo de reseña, Víctor ha publicado Bajo los Postes (2013), texto que compartimos más abajo, Collage de un Proscrito (2016) y es también Co-autor de La Porfía de ser Ciudad, compilatorio que reúne a poetas del puerto de San Antonio. Ha participado también con cantautores como Chinoy, Charles Borquez, Chinoje y Jorge Venegas. Además, ha recitado junto al grupo post punk Araña Tigre, también de la ciudad puerto. Actualmente se desempeña como obrero de la construcción y continúa habitando y viviendo en San Antonio.

A continuación, compartimos algunos de sus escritos:

Si me ves de mañana
Antes de que salga el sol
Limpiecito con mi mochila a la espalda
No creas que voy al trabajo
No pienses que voy a la espera
De ninguna micro o colectivo
No imagines que me encamino
A ninguna oficina

Si me ves de mañana
Antes de que salga el sol
Piensa que tuve una mala noche
Que no dormí
Y que a esas horas avanzo decidido
A esperar que abran la biblioteca pública
Mirando las ramas de los árboles
Por donde en una hora pasarán los rayos
del sol

Imagina que voy contento pese a todo
Alegre de sobremanera
Por ir dejando atrás los paraderos repletos
De gentes con gorros y bufandas
Feliz pensando en Jorge Teillier
Mientras los carteles de hombres
trabajando
Van quedando atrás

Si me ves de mañana
Antes de que salga el sol
No te alegres por mí
Ni porque ya encontré trabajo
Mejor piensa en que voy tranquilo
Mirando el suelo
Imaginando que cada baldosa
Es un nuevo pueblo
Donde todo el mundo descansa
Duerme dulcemente hasta tarde
Y se levanta a leer un poema
Mientras bebe una cerveza

Necesito un trueno
una lluvia torrencial
chocando contra el zinc
un bracero encendido
y un radioteatro de terror
en el dial de la madrugada

Sueño una cortina cerrada
la voz del viento
conversando con los árboles
el olor del piso de madera encerado
una vela encendida
animando las paredes con sombras.

Deseo un té caliente en jarro de lata
un pan pelao
tostado en las brasas
el calor de una frazada de lana
y una mesa antigua donde poner un libro.

Busco una cama cubierta de abrigos
un velador con la imagen de un santo
un muñeco antiguo junto a la almohada
y el sonido de mis tías riendo.

Quiero escuchar la voz de mis amigos
en las casas contiguas y brillantes
al estero arrastrando piedras
la tranquilidad de los perros
sobre tibias cenizas.

Necesito el ayer
necesito todo cuanto viví
lo necesito ahora
es urgente
antes de que llegue la mañana
y me encuentre otra vez
con este que va olvidando.

¡Cállense un rato giles re culiaos
Estamos en una biblioteca!

¿No saben que el Hijo de Satanás
tiene 9 páginas
y que a Simpson casi lo matan
por ser un mentiroso bastardo con pecas?

Vengo llegando de una reunión
con gente tan fea como yo
hace un día murieron 81 presos
quemados en una cárcel
y ustedes siguen cotorreando
sobre sus putos viajes
a los putos mismos lugares
donde van todos los putos
que pretenden conocer más que el puto resto
con sus putas maletas y sus putas mochilas

Como si la vida fuera conocer un par de paisajes
inscritos en el gusto de gente casi casi miserable
que buscan el paraíso sobre un avión
un camión o un bus
Ignorando como ignoran todos ustedes
lo que es un árbol o un pájaro
ya que son incapaces de lo mínimo.

¡Guardar silencio
en una puta biblioteca
el día después
en que han muerto 81 presos quemados!

2 thoughts on “La Poesía de Víctor Muga Valencia

  1. X un tiempo, creí que para continuar el 2666 de Bolaño, había que ser un viajero empedernido como Él. Cuando conocí a Muga y su poesía, me di cuenta que el 2666 está y tiene que continuarse en cada territorio, no solo en Sonora; en Bellavista, Cartagena, Playa Ancha, Alto hospicio… En todas partes. Así como la poesía de Victor, que es capaz de enfrentar a cualquier demonio, en cualquier territorio.
    Grande choro Muga!

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