La Metodología de Taller en los Procesos de Educación Popular de Agustín Cano
A través de la propuesta metodológica de la educación libertaria se busca la participación activa de las y los participantes en la producción de sus aprendizajes (…) Una de las instancias pedagógicas más utilizada desde esta perspectiva, es la realización de talleres, los que explícitamente están enfocados en un ámbito específico del conocimiento o la realidad.
La educación libertaria es parte de las propuestas políticas y metodológicas que el anarquismo ha desarrollado para hacer frente a las desigualdades del sistema capitalista, es una “pedagogía del oprimido/a, aquella que debe ser elaborada con él y no para él, en tanto personas o pueblos en la lucha permanente de recuperación de su humanidad. Pedagogía que haga de la opresión y sus causas, el objeto de reflexión de las y los oprimidos/as, de lo que resultará el compromiso necesario para su lucha por la liberación”[1]. Es decir, consiste en procesos pedagógicos que buscan desarrollar al máximo las habilidades, conocimientos y actitudes que permitan a las personas conquistar su libertad.
Cabe señalar, que desde nuestra perspectiva, no reconocemos grandes diferencias entre la denominada educación popular de origen Freiriano y las corrientes de educación libertaria, originadas al interior del movimiento obrero y anarquista. Más aún, al analizar distintas experiencias históricas de educación liberadora, vemos la complementariedad de las propuestas y la riqueza de sus matices. Es por esto, asumimos las reflexiones provenientes de ambas vertientes como necesarias y enriquecedoras para construir una práctica concreta y un real esfuerzo pedagógico emancipador.
Desde esta perspectiva, el elemento fundamental de un proceso pedagógico de carácter popular o libertario, es que a través de la educación se generan cambios individuales y colectivos que permiten transformar la realidad inmediata de quienes participan de dichos procesos y con ello, contribuir a una transformación social mayor. Autogestionar procesos educativos conlleva cambiar a las personas a través de los aprendizajes que logran en dicho proceso, así como también, consiste en tensionar la actual sociedad, generando relaciones sociales horizontales, levantando instancias organizativas autónomas, rescatando conocimientos cuestionadores y valorando identidades colectivas.
A través de la propuesta metodológica de la educación libertaria se busca la participación activa de las y los participantes en la producción de sus aprendizajes, para lo cual, se puede utilizar diversas estrategias y dinámicas didácticas. Una de las instancias pedagógicas más utilizada desde esta perspectiva, es la realización de talleres, los que explícitamente están enfocados en un ámbito específico del conocimiento o la realidad, por ejemplo, taller de matemáticas, taller de cocina, taller de carpintería, etc. Lo importante es que si se trata de un taller, el protagonismo de la acción pedagógica se distribuye entre las y los participantes, es decir, un taller es preferentemente un acto colectivo, en el que se desarrollan distintas actividades teóricas y prácticas para el logro progresivo de aprendizajes. En palabras sencillas, las y los participantes de un taller aprenden, preferentemente, “haciendo cosas” e interactuando entre sí.
Cada Taller puede tener estrategias metodológicas propias de acuerdo a sus objetivos particulares. Algunos podrán consistir en la confección manual de algún producto, mientras otros podrán implementar complejos proyectos de investigación, entre muchas otras opciones. Si bien en algunos talleres se privilegia el trabajo individual de cada participante y en otros el trabajo colectivo, la idea es que cada asistente vaya progresivamente tomando conciencia, decisiones y compromisos sobre los aprendizajes que desea desarrollar, lo que incluye no sólo elementos académicos sino también aspectos socio-afectivos y de relación con los demás. Querer estar voluntariamente en un taller, parece ser un elemento central inherente a esta metodología.
Lamentablemente, la metodología de taller, así como el concepto mismo de educación popular, han sido sobre utilizadas y descontextualizadas, neutralizando completamente su concepción política. Muchas veces se intenta desarrollar talleres en contextos institucionales adversos, como las instancias propia de la educación oficial (escuelas y liceos), intentando reducir este tipo de estrategias pedagógicas liberadoras, a simples pasos didácticos aplicables en cualquier contexto. Precisamente, ese es el punto de partida para comenzar a leer el texto de Agustín Cano, volver a pensar y desarrollar Talleres en el contexto político y pedagógico de una educación para la transformación social.
[1] Freire, Paulo, “Pedagogía del Oprimido”, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 1972, Pág. 26.