El Nombre de la Rosa de Umberto Eco
Un novela oscura y enigmática que nos muestra la rudeza del poder eclesiástico a finales de la edad media, cuando el poder económico, las decisiones políticas y el conocimiento se consigue con espadas, acusaciones de herejía, torturas y hogueras.
El Nombre de la Rosa es una novela escrita por el filosofo italiano Umberto Eco (1932 – 2016), quien, de forma descarnada, nos muestra la rudeza de la edad media y la lucha de las distintas fracciones de la Iglesia por mantener el poder a través de su cercanía e influencia con el Emperador y el monopolio del conocimiento.
La historia ocurre a finales del siglo XIV, es decir en el ocaso de la edad media europea, específicamente, en una aislada abadía del norte de Italia, en la que se encontraba una de las bibliotecas más importantes de la época. Esta abadía poseía numerosos manuscritos y pergaminos traídos de todo el mundo conocido hasta entonces, los que sólo podían ser leídos, traducidos y copiados a mano (pues aún no existe la imprenta), por clérigos de distintas zonas de Europa, especialmente autorizados para ello. La Iglesia guardaba de esta manera el poder del conocimiento, restringiendo el acceso a los libros de las más diversas materias y vetando a los autores y teorías que se apartaban de la concepción cristina del mundo. Esta verdadera piedra de tope para el progreso de las ciencias generó que la mayor parte de la población se mantuviera en la ignorancia y aceptara el mundo desigual que les tocó vivir, haciendo que, en cerca de mil años, el progreso científico y tecnológico de Europa sea muy escaso y atomizado.
La historia trata precisamente, de una seguidilla de asesinatos de clérigos que ocurren al interior de la Abadía y que son asumidos inicialmente como señales del apocalipsis, pero que gracias a las indagatorias del fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk (protagonistas), se descubre estarían asociados a la difusión u ocultamiento de una obra perdida del filósofo griego Aristóteles que versa sobre la naturaleza humana, la risa y el interés científico.
El valor histórico de esta novela es precisamente, mostrar en su real dimensión como la triada Emperador, Iglesia y Feudalismo configuraron la sociedad europea de finales de la edad media, instalándose como una estructura social que mantenía a campesinos/as, artesanos/as y comerciantes absolutamente dominados y sumisos, generándose lentamente las condiciones de transformación que posteriormente configurarían el mundo que nos tocó a nosotros/as.
La obra nos muestra de manera fenomenal la cultura lúgubre y restrictiva de la época, el juego de fuerzas entre las distintas congregaciones al interior de la Iglesia católica y cómo participaban de la política imperial a través de sus bendiciones o condenas hacia príncipes y señores. También se presenta claramente el rol político de la Santa Inquisición, que lejos de perseguir manifestaciones demoniacas, como toda fuerza policial, ejerce su poder para proteger el statu quo y a los poderosos de turno.
En definitiva, esta novela mezcla lo mejor de la literatura histórica y detectivescas, con una narrativa que nos traspasa una estela oscura y sombría, con exquisitas referencias a las disputas por el conocimiento y el control de la vida social.