1.86.0-NILODMQLWSPMS2AVL77A42EKKE.0.1-2

Al Matadero de Políticos Muertos

Mientras no nos rebelemos colectivamente frente a este sistema, la moraleja seguirá siendo: “…cuida tu trabajo que te matará”.

Los sistemas sociales no andan caminando por la calle, no van a trabajar todo el día ni vuelven cansados a sus hogares. La rutina que impone el sistema capitalista la vivimos todas y todos, pero de forma diferenciada de acuerdo con la posición social que ocupamos. A gran parte de la población, el capitalismo nos obliga a vender la mayor parte de nuestro tiempo, es decir, de nuestras vidas, para enriquecer a los poderosos, esto significa adscribir a una rutinaria vida de explotación que hace que nosotras y nosotros reproduzcamos el sistema social a través de las acciones de la vida cotidiana.

Levantarnos temprano para llegar a trabajar, ser productivo todo el día y cuando recién tenemos tiempo y oportunidad de encontrarnos con nuestros/as pares libremente y desarrollarnos de acuerdo con nuestros intereses, ya estamos cansadas y cansados, por lo que finalmente, terminamos postergando nuestras propias vidas en función de esta misma rutina y sistema.

De esto trata “Al Matadero”, ruda canción de la banda Políticos Muertos, una de las bandas pioneras del punk criollo, ese que surgió a finales de los ’80 y que desde sus inicios desconfió de la transición a la democracia, la forzada ciudadanía y la sociedad neoliberal. A continuación la presentamos en formato audio y texto, para que la sientas en toda su rabia y sirva para cuestionarnos nuestras propias vidas, pues mientras no nos rebelemos colectivamente frente a este sistema, la moraleja seguirá siendo: “…cuida tu trabajo que te matará”.

Al Matadero

Políticos Muertos

Son las seis en punto,

y la alarma interrumpe mi acalambrado sueño,

muevo los huesos fuera de la cama

y siento la cadena alrededor de mi cuello

y afuera se amontonan los madrugadores

y una mañana frí­a se clava en nuestras sienes

¡Desesperanzadas!

Y podemos ver

el nuevo edificio en construcción

del tamaño de una catedral,

llena de lujos

y ojos espías

Y no pensamos nada,

Nada se nos podría ocurrir

Un gesto de resignación,

agachar la cabeza

y vuelta a seguir.

En las horas largas del obrero,

la tortura pagada del estudiante,

el mismo aire enrarecido

se cuela por nuestras narices

Y parce que nos ha tapado el cerebro,

nos incapacita para ver el sol

nos deja lerdos, ciegos, quietos

¡Acostumbrados!

Que el problema no es siempre la falta de dinero,

También el problema es el exceso de poder.

El problema: la rudeza de nuestras vidas,

la imposibilidad de gritar, aullar, sangrar,

empuñar una gota de rebeldía.

Ante el fracaso de la maldita rutina.

Es sentirte en la cerca y siempre encadenado,

con calmante en la sangre

Es sentir la cadena

alrededor de mi cuello

Aún fuera del matadero.

¡Aún fuera del matadero!

¡Del matadero!

¡Aún fuera del matadero!

¡Del matadero!

Moraleja:

…cuida tu trabajo que te matará.

…cuida tu trabajo que te matará.

…cuida tu trabajo que te matará.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *