Agridulce: «La Historia desde el Estómago»
Las campesinas y campesinos no tenían pan durante el periodo de hambruna, y la Reina María Antonieta (Esposa del Rey Luis XVI) les dijo:
“¡Que coman pastel!”.
A través de la historia surgieron las clases sociales y con el surgimiento de las clases, también se diferenció la comida. Massimo Montanari, destacado experto en Historia de la Alimentación, nos cuenta que alrededor de los siglos IX y X, las diferencias sociales eran medidas por la cantidad de comida ingerida, no por su calidad. Reyes y nobles degustaban banquetes como signo de fuerza y nobleza. Quien ostentaba poder dentro de la aristocracia y no era capaz de comer grandes banquetes era un débil, era un frágil y no tenía personalidad ni autoridad. Un ejemplo claro es la del Duque Spoleto, quien fue rechazado por los francos como rey porque era muy malo para comer, “no es digno de reinar sobre nosotros aquel que se contenta con un parco almuerzo”.
Cuando la población creció, por alrededor del siglo XI, la caza pasó a ser reglamentada, y no cualquiera podía ir a cazar animales. Esos privilegios estaban atribuidos especialmente al rey y a los nobles, esta situación nos muestra que desde hace varios siglos atrás ya éramos dominados/as desde el estómago.
Las y los pobres siempre hemos sido castigados/as por ser pobres, entonces en aquellos años, quien fuera descubierto cazando, podía sufrir penas de cárcel o incluso ser llevado a la horca por tener hambre y realizar una práctica asignada solo a la nobleza.
Las clases sociales ya estaban determinadas y marcadas, de hecho los alimentos que ingerían reyes y nobles marcaban la diferencia con la clase dominada. Durante esta época surgió la llamada “ideología alimentaria”, que sostiene que la calidad de las personas depende de la cantidad de la comida que consumen (algo de eso, se sigue pensando).
La clase dominada tenía una fuente de alimentación basada exclusivamente en vegetales y legumbres, y algunos/as campesinas/os de zonas rurales, criaban cerdos.
Cuando la burguesía desplaza a la nobleza, adoptan el consumo de vacuno para diferenciarse de las y los campesinos/as que consumían carne de cerdo. Ellos no consumirían “la comida de los pobres”, por clase, por poder adquisitivo, por fuerza y por discriminación.
La medicina en este tiempo avalaba esta condición, jactándose y defendiendo que quien no comiera de acuerdo a su rango padecería males y enfermedades, reafirmando que ricos y pobres deben comer cada uno sus comidas o bien se enfermarían. Sancho Panza en el Quijote de la Mancha, escrito por Cervantes, dice en una cena que le dan en Barataria “mirad, señor Doctor, de aquí en adelante no os curéis de darme a comer cosas regaladas, ni manjares exquisitos, porque será sacar a mi estómago de sus quicios”. En las palabras de Sancho, se aprecia claramente que él asume su condición de pobreza, y que le atemoriza la idea de enfermar por el solo hecho de consumir alimentos no propios de su condición.
Será que la comida en esos años, fue una forma de controlar a la población, y que la mala alimentación se convirtió en la herramienta de la nobleza y la burguesía para mantenernos limitados/as y desnutridas/os. En donde el pan era el alimento básico de muchas familias, y en diferencia los nobles y burgueses ostentaban en saborear todo lo que pretendieran, sin mesura, sin control y sin razón.
La Real Sociedad de Medicina y Ciencias, en 1774, sacudió a las familias pobres apoyando una ley que discriminaba por clase social. Esta ley sostenía que las y los niños/as al ser destetados, debían comenzar a ser alimentados con una sopa a base de agua, pan, grasa de manteca y sal. Esta dieta debería ser suficiente para un niño o una niña que está en pleno desarrollo. Obviamente un/a niño/a carente de vitaminas y proteínas será un/a niño/a que no desarrolle sus habilidades físicas, cognitivas o psicológicas; o bien se transformará en una persona que se enferma con facilidad. En esos años ser pobre y enfermarse era un posible boleto a la muerte, ya que si la comida era escaza, los remedios y los doctores eran inalcanzables (¿no cómo ahora?).
La dominación de la burguesía, a través de la alimentación, fue una importante herramienta de control hacia la clase dominada. Con la mala nutrición nos mantienen frágiles, incapaces, desprotegidos/as y sumisas/os. Normalmente comemos sólo para seguir sirviendo a nobles y burgueses.
Fernanda Sierra Vergara.